SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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lunes, 2 de mayo de 2016

EL SILENCIO ES TESTIGO


A mi silencio le confieso que hablo con el anochecer. El observa como cincelo con paciencia cada línea desencantada, que se postra como un grano de arena dormido a mitad de la playa. Cada uno de mis escritos navegan en océanos extraños, y algunas veces se cuelgan de la luna con hilitos de colores sibilinos. El silencio entiende mis problemas que no sé resolver, mis cartas leídas a la mitad mientras bebo las últimas gotas de licor. La cadencia de la soledad que persigue mis enamorados versos, suele refugiar mis tormentas tras la penumbra de un tiempo ya finito. Mis viajes mar adentro buscan el cofre de un tesoro, que tal vez no exista más que en mi mente, todo lo conoce mi silencio... todo hasta mis falsos argumentos.

A ratos mi vida se convierte en desolación, con la fuente seca de inspiraciones. Y en silencio vago, pernocto entre veredas innominadas y me rindo ante la sed que gritan mis desiertos internos. La sombra que me abraza al caer la tarde de recuerdos me hereda alegrías perdidas, que lamenta tu ausencia en mis amaneceres. Brama el exilio por mis venas, negándose a saciar en un beso esta absurda inquietud, que cobija las magulladuras de mi alma.
Todo eso y más solo mi silencio lo sabe, el conoce si tengo sed de luz, me abraza cuando la desolación asombra mis alegrías. Mira sin juzgar la nube de mis sueños oscuros, mis turbulentas emociones que sobreviven a los ecos del miedo, mis desechos de ilusiones si en el último instante asfixio latidos fallidos, arrancando con rabia de raíz aquellas alboradas de ternura.
Mi silencio sabe que no creo en la paz del futuro, que pienso que es absurdo cerrar los ojos para no darle paso a la caballería de la muerte. Me acompaña a cultivar jardines de vida transformando mis ocios en cantos enaltecidos. Mi silencio acuna mi orfandad, con el jugamos al azar,se embarca conmigo en altamar. Tarareamos juntos canciones sin final, ambos engendramos estrategias para enfrentar las piedras del camino, que amenazan mi libertad.

Mi silencio huye conmigo sin pensarlo doble lejos del hombre. 
Mi silencio me dice que no tema a nada,
que encadene mi alma al sol 
y callaran las huestes de imaginario mundanal
que busca como perro de caza
mi enjuta esperanza.

Musa Peregrina
Desde la perla del pacifico
Acapulco, México.