LETRAS QUE GERMINAN EN EL ASFALTO

LETRAS QUE GERMINAN EN EL ASFALTO

Te observo a distancia y escucho con sigilo tras la cortina del tiempo,ese diálogo que mantienes contigo mismo y fluye como un río salvaje. En cada línea que vistes de nota musical,invitas a sumergirse en un alarido estremecedor que nace directo de las entrañas de tu hemisferio sur. Te bañas desnudo bajo la luz de las estrellas,descansas en lo más alto de los acantilados del silencio, y pernoctas entre metáforas diversas.

El viento sopla fuerte,tanto que arranca de golpe raíces y recuerdos que yacen dormidos, en la bolsa de sueños y semillas que luce tu lomo de dragón. La vastedad del asfalto, se mueve en sincronía con tu narrativa cruda,iluminada por la luz de un viejo bar a las afueras de la ciudad del dolor.

Un escenario repleto de voces extrañas se presenta en el último concierto que te ofrece la vida. Tu eco irrumpe con fuerza, dispersando ese colectivo de endemoniados pensamientos, que danzan frenéticamente en círculos en medio del espacio en blanco donde germinan tus letras.

Entonas sin temor, la canción del gemelo que vive encadenado en tu alma, presta al combate que los dioses elijan. Fumas por fumar un cigarrillo y visualizas el quinto cielo que te convidó algún tiempo atrás una hembra pintada de azul. El ayer se escurre por los muros del silencio,mientras tú caminas cansado del bullicio del amor que retumba en tus oídos con los años.

Quizá desde el más allá, las sombras sonríen irónicas de vez en vez. Al comprender el éxodo de almas, que desfilan ante tus ojos en busca de un mendrugo de pan que las lleve a la luz y dormir entre tus brazos,saboreando entre orgasmo y orgasmo la blancura de tu piel.

Hoy quise escribir un poco de ti y un mucho de lo que me dan tus letras.
Estoy segura que no eres terrenal. Hace unos días descubrí que eres un extraterrestre, porque nunca te había visto por aquí. Pareces amigable a mi espíritu,con tu cara de rudo y tu corazón de niño,avanzas sin mirar la vista atrás reconstruyendo planetas,inventando nuevos mundos...

Musa Peregrina.
Desde un rincón en mi puerto de Acapulco.