SEMBRÉ EN UNA PIEDRA
(Para : Un alma huérfana de amor por la vida)
No aprendiste nada del tiempo que compartimos. Pensé que al marcharme dejaba todo mejor que antes,pero no fue así. Vas de dulces a salados,de amargos y ácidos. Quise rescatarte por última vez y tú mismo colocaste las manos en la boca del abismo para asfixiarte de soledad. No habrá lugar en este mundo que te sacie y logre alimentar,esa planta carnívora que habita en tus adentros y se alimenta de orgullo,de soberbia enjuta y falsa libertad. La vida tiene el sabor que tú le quieras dar. Es cuestión de actitud y visión, de sagacidad para aprender lecciones,que son realmente un respiro profundo que nos invita a reflexionar. Ese equilibrio ni yo, ni nadie más,ni las princesas en épicas historias que inventas te lo podrán dar.
Aprende a ser selectivo con los momentos,eligiendo los más nutritivos a tu alma. No intentes llenar el espacio que dejé en tu corazón,con la primer sonrisa de avatar que se te cruza en medio de interna tempestad. No te empalagues de lecturas interminables,la vida no está dentro de los libros,está afuera,no en la pantalla y si en la calle,en la rutina infernal que con aplomo zigzaguea y te conduce a una agonía atroz. No escuches notas amargas a perpetuidad,sal ya de ese masoquismo que te hace vibrar tras paredes de muerte chiquita,con batallas perdidas por debilidad de espíritu y placer,fumando cigarrillos invisibles que jamás apagarás.
La mesura cohabita con la denuncia,inclusive se interna mar adentro y siempre te encuentra flotando en ostracismo literario. Te presté mis anteojos y la formula que inventé, para hacerte sonreír a pesar de las múltiples batallas físicas que te aquejan,que te hacen ser un candidato idóneo tocando la puerta del suicido, con llave maestra de inseguridad que a ratos te besa el oído. Filosofas sin mover un dedo,desde la cama que te amarra de sus patas y te envuelve en bruma gris, embalsamando tus días de juventud pretérita, improvisando vidas,fantaseando en la inmortalidad de escritores que sangraron sin necesidad de untar cátsup en sus letras.
Evocas la hermosura solo en párrafos , luchas contra tu vocación y te asombras del desenlace que tu herencia genética planea. Los cadáveres que has ido desechando de tu monotonía abismal, aun gimen de dolor,gritan desilusionados porque no fuiste jinete que cruzara el pantano. Para los poetas de raza la muerte no es historia nueva,cada latido anida entre sus líneas y sobre el impacto que la vida les causa. La poesía se origina de antiguas civilizaciones, que observaron en silencio el retorno de sus ancestros en la brisa,en la gota que patina,en la estrella senil que titila,en el ave que regodea su existir en colorido plumaje,en el sol cuando la tarde apaga su vanidad añeja y permite cederle el paso al viento del otoño...
No quise escribir de ti,pero eres parte ya de aquellas batallas que he ganado,porque dejé atrás voces que con egoísmo me acompañaban...
Mi espíritu a pesar de las heridas, se concentra como un viejo soldado, que emocionado en su primer batalla aprende de la naturaleza aguerrida. La vida nos aniquila y predestina a un nuevo repechaje,sin resentimientos,sin anclas que inhiban la pasión de volver a derrocarnos a nosotros mismos,de escalar altas montañas del silencio e inventar otros mundos,sin resfriarnos en nuestro oculto Everest... A pesar de que se ha escurrido el tiempo ... en mis letras aun no te perdono,no me perdono,tengo dolor por vaciar a través de mis tintas. La prosa me brinda la oportunidad de excavar en la tierra y arrancar la semilla seca, que amenaza con secuestrar mis malas artes,encerrando entre comillas la búsqueda y el bramido de mi alma, que se declara errante, enarbolando por convicción y hábito cada una de sus heridas.
Musa Peregrina.