SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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sábado, 28 de marzo de 2015

TU ROSTRO EN LA ARENA

TU ROSTRO EN LA ARENA
Esta mañana en mi puerto observando el bamboleo de las olas en la arena, surge tu recuerdo. Como marea alta que teme y evoca el murmullo del mar. Tu silueta luminosa emerge de las profundidades del presente y se anida en mi corazón. Tengo hambre de ti. Igual que el sol por las mañanas que devora como loco, acantilados,montañas y llanuras a pesar de ser majestuosos.
Un calor nostálgico me invade y un suspiro mudo se impone. La arena percibe mis lágrimas, generosa me brinda de su profundidad y musita junto a un coro de gaviotas que te olvide. El impacto de la belleza monumental del océano, me infunde ánimo y me dejo llevar por el vaivén de la naturaleza en su plenitud.

Es en ese instante en que acudo al cielo,suplicando sea el autor del prólogo de un libro nuevo que redactaré sobre la hoja del tiempo,con un ápice de esperanza que me de la oportunidad de inmortalizar esta utopía, que muy dentro de mí continúa latiendo...
Me recuesto sobre el mar y mojo la orilla de mi alma, que se mece en el eje de una tempestad. Yo en mi puerto,tú en tu ciudad. Con un manto urbano que pisan tus botas a diario,soñando sobre una cama de hojas fantasmas y acunado en una caracola imaginaria,que no desea más convidarte sus secretos.
En tus bolsillos guardas un estanque,donde habitan peces de colores que nadan a la par de tu destino. La fase de la luna indica en su calendario amoroso, que hoy después de infinidad de madrugadas,aun te extraño...
Furtivos besos me ofrece el viento y me ama con tal intensidad que mi propio respirar me ahoga.
Exploto y renazco en la poesía. Solo ella me permite volar un poco y descender sobre las palmeras de mi puerto,que viven eternamente
enarbolando mi soledad,elevando en una espiral el humo de tu cigarro que no alcanzaste a terminar...
¿Por qué te perdí?
¡No!
Fue mi alma el verdugo arrepentido, ella decidió que ya no era necesario tanto dolor.
El silencio de mis manos me brinda refugio temporal,mientras con ternura doy de beber estrellas a otros marineros...
Me pregunto si en verdad te amo, o es mi mente peregrina,en uno de sus incontables vuelos desquiciados...
Musa Peregrina
Desde la perla del pacífico
Acapulco,México.