SIN AZÚCAR

SIN AZÚCAR

Bebiendo un café con incipiente amargo,
esta mañana pienso en la madre tierra,
en ese orgasmo prolongado que gime a través de sus semillas,
para que plácidamente su sabor intenso llegue a mis labios,
y sea liberado a través de la libido que desquicia mis letras.

Los años arrastran en su oleaje un cúmulo de recuerdos,
como esas rocas marinas que duermen en la profundidad del océano.
En ellas se acuna un tesoro que es sabiduría ancestral,
el salado de una lágrima ofrendada por las pupilas del alma...

Han pasado tantos versos por las yemas de mis dedos
que ya acaricio por acto reflejo el teclado, resignada
a vagar en él por los siglos de los siglos.

Me causa un inmenso placer mi lengua atada
y mis oídos inmóviles ante el ruido del mundo,
negándose a ensordecer lo no visible,
para permitirme de esta manera donar
la virginidad de mi poesía y abrir lentamente mis piernas.

¡Pero mi alma es libre!
si,muy libre de emigrar allá donde te escondes,
y te sabe despierto hasta muy tarde,
latiendo en cada frase que con luz intermitente
envía tu lirismo.

Solo me queda abandonarme al placer de ser leída por tí
cuando abras tu ventana y me descubras
arropada en un manto de estrellas,pernoctando entre tus besos,
con una almohada de poesía y una cama hecha de sueños,
donde siempre te espero...se que vendrás,
porque eres el único muerto que puede caminar.

Musa Peregrina
Desde la perla del pacífico
Acapulco,México.