¿EL FINAL? VA RODANDO...

¿EL FINAL? VA RODANDO... (Musa Peregrina)

Existen maravillosas ocasiones en que la vida me permite aterrizar en suelos áridos. Para cultivar rosas en ellos con mis palabras, con atenciones o simplemente mi mirada. Son de inicio sensaciones raras,el conocerse,abrir mutuamente la página de nuestros libros, aun sin llegar al final jamás pensado.
Dicen que el tiempo cura las heridas,podría ser,pero también sirve para ver con más claridad entre la tormenta,saber si los vientos son a favor y la embarcación no tema al naufragio, que los azotes del mismo mar le otorgan.

Se cuando ha llegado el momento de levantar vuelo, y acepto, que llevaré bajo mis alas múltiples heridas,mi alma impregnada de pus y costras, que me hagan tropezar entre nubes grises y estruendos de soledad.
Confundo muchas veces la madurez interna. En aquellos seres, con quienes se coincide cada año bisiesto, con la destreza suficiente en la pluma como para lograr hacerme creer que son guerreros, a los que podría aprender alguna nueva técnica de lucha,o tal vez cobijarme bajo su fuerza si me lo permiten. Y lograr un intercambio mutuo sin apegos, que inhiban y aten mis alas a continuar el viaje.

No suelo fijarme en la edad del cuerpo, soy capaz de admirar las pupilas de un extranjero y escalar la torre de Babel legendaria, con los huaraches bien puestos. Me propongo llegar,como si fuese un soldado que con mi corazón valiente ganaré la batalla, a pesar de no cargar un fusil, que me ofrezca la seguridad de acabar con quién se me pare enfrente,con aquellos instantes que marcan y redundan hiriendo.

¡Sólo con el dialecto de mi alma como arma fulminante,enseñando entre silabas y oraciones luminosas, que enlacen su ser y mi ser, abrigando su corazón de niño con mis besos!

Después de lunas y lunas,me rendí ... Soy una pobre ilusa... Lo soy porque, imagino aun en lo más profundo de mi interior,que recibiré una caricia honesta en recompensa a las estrellas que ofrecí.
Quién permanece a mi lado lo hace sin yo tenerlo encañonado,sin pistola que amenace sus sienes ni latidos. El amor es hoy por hoy una moneda en el aire,un rito sagrado que solo es roto por los tambores de guerra, que se escuchan selva adentro cuando todo inicia a ir mal. Ahí en ese pequeño resquicio se enmarca la distancia abismal, se postra sin ser solicitada,por ahí es por donde hoy he decido fugarme. En silencio,con la maleta vacía,tapando mis oídos para no escuchar el llanto plañidero, de aquellos que se regodean asfixiados en sus propios errores,no de mi tiempo y si desde siempre.

Pedí eso precisamente, tiempo. Solo algunos días para resucitar y poder seguir viviendo, los cuales me llevarían a palpitar más el sentimiento,sin afrentas,ni arrebatos, que continuaran ofendiendo mi persona de mujer adulta, y vivida de acuerdo a su aprendizaje y correcta maduración. No preciso obligar a nadie que me dedique su existir,lo único que pido es que me dejen volar sin bloquearme los cielos, que yo misma inventé mucho antes de llegar ellos... Permitirme escribir con la pluma a todo galope, sin trabas en mis pies, que me hagan detener la carrera frenética que es la existencia y que se me presenta por única vez para después volver al barro...

No pedí fortunas ni grandes tesoros para poder disfrutar en común,al contrario,siempre ofrendé lo mejor de mí,me entregue aun siendo la bruja del castillo...me expuse sin necesidad alguna,es por eso que seguiré de largo,cruzaré tres pueblos y al llegar allí, me acurrucaré sin miedo en los brazos del primer espíritu que se presente, y me ofrezca su brillo imperfecto, pero sin exterminar el mío...

¡Orgullosamente soy una vieja!

Y un día mis latidos ya no serán míos,se convertirán en luciérnagas, dentro del pensamiento de quienes me conocieron,pero jamás volvieron a gozar de ellos. Porque me perdieron,una tarde roja en que sus egos, le festejaron al odio la existencia estéril en sus corazones de vidrio.
Eso es la felicidad para ellos... respetable de mi parte.
Yo seguiré nadando mar adentro... las perlas si existen,iré por una para adornar mis largos y canosos cabellos.

Musa Peregrina.