SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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martes, 1 de septiembre de 2015

DITTO

DITTO

(Dueto Totti Draco Benigni y Musa Peregrina)

¿Tanto calor hace allí, mi vida? Yo me derrito de solo pensar en estar en presencia de tus rodillas, aunque sea una parcela en el tiempo. Así, debe saber rico transitar de a poco, y una vez que estas en el jugo de este juego de transpiraciones, te acostumbras. 

¡Tus labios, se romperán como un vidrio, del beso que te daré!
 Solo esperarme y mantén atizados tus instintos. Una vez despojados de muestras ropas, jugaremos como juegan los perros, mordiéndonos en el silencio ensordecedor. 

Y eso de transpirar, no te preocupes sabremos más rico... los rastros de sal que llevan a los páramos donde menos da el sol.
 Tú me inspiras a escribirte y describirte de esta manera. Tus palabras las filtro en mi cerebro y las transmito a cada parte del cuerpo que corresponda. Si es tacto, mis dedos y sus yemas comprenden, si es olor, trato de olfatear tu recuerdo, la visión, un panorama único, de desnudez inapelable y si hablamos de sabores...me pierdo.

Ya lo venía pensando,cuando nos vimos por segunda vez.
 Luego,te acaricie la mejilla y me quedé con ganas de más…mucho más.
Sabe esto: no perdí ni pizca de interés por ti, sigo en la misma danza.
 Debes heder a hembra. Entre tú y yo, haríamos nuestro propio infierno. Te imagino extensa deslizándote sobre lo vasto de mi basto. Imagino mi virilidad dura y con el tino perfecto, para ingresar con cierta dificultad a tus brechas al principio, y luego, resbalando por ese tobogán exquisito.

 Toda la vía láctea que conoces,regada en la parte delantera de tu desnudez excelsa. Tu fosa, fuente de los deseos, que esta decorada con las estalactitas perfectamente talladas en carne suave, salada y tan roja como la sangre,con dos pétalos en cada puerta y una campana que desea tañir,a esperas de un bocado, mi hocico queda entreabierto, jadeante, deseoso, con la saliva escurriéndose por mis barbas de Neptuno mezclándose con tus efluvios.

Totti Draco Benigni.
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Es infernal el calor en mi puerto, ya no se que es mejor,si mucho frío o despertar en el infierno, aunque el frío rompe mis labios y mi nariz de perra se congela, pero no me importa si me acurruco en tus brazos y frotamos nuestras almas. Poco a poco muero y renazco etérea,con múltiples sensaciones. Muérdeme los labios,eso me gusta arráncame en un beso la oscura que llevo dentro. Tus letras me atrajeron de inicio y pensé que escribíamos muy parecido,como si fuésemos de la misma especie.

Nos olimos,imagina una pareja de animales mirándose,gruñendo y acechando...es como un ritual,ese que me cuentas del pájaro que danza frente a su hembra para deliciosamente copular en el viento. ¡Dios que calor! Si me compartieras el frío de tus sabanas,haríamos nuestra propia hoguera, una fogata inmensa en el centro de la cama. Ya siento mis pliegues húmedos y jugosos, escurriendo,empapando las paredes de mi libido erecta...

Cierro los ojos para abandonarme al disfrute y así de esa manera no me percato de mi ingreso al averno de la mano de tu vastedad infinita...
Tú,bebiendo cada una de mis estrellas,devorando con tu lengua de dragón senderos que conducen al castillo supremo del goce. Se que si monto en tu cometa, saldré volando lejos de la atmósfera terrestre,me vestirás con otra piel y por un instante renaceré en otra galaxia, pero contigo vida,abrazada a nuestro sueño,con la noche excitada,desnuda frente a la luna creciente.

Tus manos se enredan en mi cintura y serpentea tu miembro en mi entrepierna, tu leño ardiente mira de reojo la cima de mi montaña, la que habrá de escalar a tientas,a besos,a puro olfato. Respiro profundo y me envuelve tu delicioso aroma de macho,encendiendo mi par de faroles,atizando mis gemidos que amenazan con escapar de mi cuerpo. Apareados nuestros espíritus ya gravitan muy lejos,buscando con afán en medio del océano, la grieta genuina del celo entre macho y hembra,la que habrán de portar hasta el último día sabiéndose perversos. 

El barro se me quiebra entre los dedos y abandono la tierra de golpe,se catapultan mis deseos y me posee la lujuria,solo tú arrancas mis raíces pudorosas,lames ávido la locura que persigue mis latidos. Y estamos ahí, ambos discerniendo aquella parábola, que se aloja en el libro sagrado,oculto misteriosamente en la gruta de nuestros cuerpos,que siendo uno emigran al infierno cual universos paralelos. En raudo goce,en feroz enfrentamiento de jadeos y suspiros tiernos, en disparatadas contracciones morimos y renacemos.

Musa Peregrina.