SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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jueves, 28 de mayo de 2015

10 DE MAYO 2015

MAMÁ, GRACIAS POR DARME LA VIDA.
Seguramente que Doña Mary (mi madre) si estuviera aquí,sería ya una viejecita,rodeada de sus nietos y bisnietos. Se fue muy pronto y su ausencia es eterna en mi vida.
Esos años maravillosos que pudimos disfrutar de su compañía fueron como una brisa fresca que acarició mi alma,la de mis hermanos y sobrinos. Hoy es una luz que de solo recordarla, ilumina mis días y brinda paz a mis pensamientos.
No conoció a mis hijos ya que emigró pronto al cielo,Dios pensó en un ángel y creyó que ella era la indicada para volar a sus pies. Pero saben,cuando me miro en los ojos de Aldo encuentro el mismo brillo que habitaba en los de ella.
Observo la fuerza de Jairo y el coraje con que mira la vida,aun a su corta edad. Siendo maduro y sensato,se que una parte suya vive en mi niño.
Lo más hermoso que me ha sucedido en la vida es ser madre,no hay nada que supere eso.
El amor por mis cachorros jamás podría expresarlo en una poesía,ni con mis palabras más sentidas. Solo se que cada latido de mi ser es para ellos,que la fuerza que me mueve en este universo proviene del centro de mi corazón, desde el primer día que los tuve en mi vientre y los amo y amaré por muchos motivos y una infinita razón.
Mis hijos son diferentes y únicos,uno es fuerte físicamente y el otro es de espíritu valiente.
Uno es hermoso y encantador e inteligente, y el otro es un ángel que me envió precisamente Dios para llevar a cabo una gran misión de amor. Ambos me ofrecen mucha ternura y somos más cómplices y amigos que madre e hijos.
El mejor regalo que puedo recibir es verlos sonreír,felices,bromeando,entusiasmados con sus juegos y aparatos, que yo ni naciendo en otra vida lograría ser una experta como ellos.
Hoy mis amores me despertaron con besos y mañanitas, mi otra hija mi gata, se acercó mimosa y lanzó dos miaus que consiguieron que la levantara y le acariciara a pesar que llenó mi falda de pelos.
Cuando me convertí en mamá,recuerdo que mi hermana lloraba a mares arrullando a mi hijo en el hospital y yo tenía una cara de "¿What'?".
Cuando me convertí en mamá ya nunca volví a dormir igual.
Cuando me convertí en mamá supe que existía un amor distinto a lo antes conocido,uno que me hacía volar y cruzar el mar sin temores,sin mirar atrás.
Cuando me convertí en mamá,me di cuenta de que los años transcurrían veloces, y no había tiempo de pensar en algo más que en la salud de ellos y su bienestar.
Si Dios tiene planes y mi enfermedad no los arruina,quiero ser una abuelita tierna,dulce y maravillosa,quiero vivir más tiempo para disfrutar a mis hijos y estar con ellos en sus grandes momentos. Para secar sus lágrimas,para jalar sus orejas cuando algo estén haciendo mal... como lo hizo en aquel tiempo mágico en que respiraba cerca de mí, la guerrera mayor, mi mamá...
Musa Peregrina.