Creo que de una u otra manera Dios nunca nos deja solos y nos envía rayos de luz y gotas de dulzura que alimenten nuestra alma,
cuando la luz le falta y la dulzura escasea. La amistad es un oasis que con su magia logra hacernos disfrutar de la vida,aun bebiendo el café sin azúcar por el resto de mis días, siendo la alegría un pan sabor canela. Que alimenta mi vagabundo espíritu que viaja sin pausas,sin prisa... Musa Peregrina.