La noche es un manto de recuerdos y luceros, que con los años nos arropan de misterios nuevos por descubrir. Mientras la soledad nos observa cautivada ante nuestro destino y nos invita una copa de vino,para brindar por el ayer. Es en ese instante que nuestra alma vaga sigilosa, rumbo a la calle de la melancolía y se sienta en la banca de un parque sin esperanza ni fe. Ahí cuenta una a una las estrellas, al derecho y al revés. Al terminar descubre que el brillo del amor siempre a habitado su ser y no hay nada que cambie la historia del mundo,si no doblamos la hoja para iniciar otra vez ...
Musa Peregrina.
Desde la perla del pacífico Acapulco,México.