Dentro de este fantástico cautiverio poético en que muchos nos refugiamos día con día, escribimos casi todo lo que nos sucede y aun con los ojos cegados por lágrimas encontramos una salida. Pero la duda que se gesta en nuestra inspiración, con llanto estremecedor nos recuerda que de nuestras manos crecen como ramas en un árbol quimeras,la soledad solo nos mira ,tal vez le provocamos inmensa pena...
Musa Peregrina.