SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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miércoles, 12 de junio de 2013

Tú y yo tenemos los mismos demonios...

Tú y yo tenemos los mismos demonios...


¿A donde se fueron mis pensamientos de princesa?

Me quede navegando por un instante entre mares salvajes de pasión y una que otra quimera.
¿Qué fue de las mariposas que nacieron en mi estomago?
Será que se ahogaron cuando te marchaste y antes sus alas envejecieron esperándote...
¿Por qué me quede sorda, escuchando la canción de tu recuerdo?
Si nunca me amaste, tristemente fuí la cama de un invierno perpetuo, aquellas noches con sus años,siendo esclavos nuestros cuerpos.

Siempre creí solo en Dios, hasta que te conocí y el demonio se me presentó sonriente.
Respirando cerca a cada segundo mis parpados llovían reclamos,enfrentamientos innecesarios, me dolían tanto los colmillos en tus palabras que mordían mi alma,porque te empeñabas en saciar tu locura de vencerme.

El veneno de tu pasión aun corre por mis venas, la alegría inusitada que me brinda el alcohol ya no me seduce como antaño.
Aprendí a beberme la vida con valor,sin miedo al despertar,sin fronteras en mi mente que limiten a decir si,a gritar no,aunque lo vean mal...
Esa absurda necedad de querer llenar el hueco,vaciando lo único bueno que teníamos,cosechado a base de conocernos de mucho tiempo.

El camino de las almas desterradas del planeta del amor es corto y nunca lo descubrimos, cobardemente pensamos que resistiendo ganábamos un lugar en el infinito. No encontramos la llave que abriera nuestros corazones a la libertad. Solo fuimos dos parias vagando entre senderos de nostalgias, devorando cuerpos vestidos de placeres con falsas palabras.

Tú y yo ardemos entre mismos demonios,ambos somos ángeles caídos que intentaron vencer al amor, aves fugitivas que vuelan en solitario,con el nido destrozado por decisiones irrevocables. Fuiste un misterio indescifrable, como la profundidad del mar donde cuentan que habitan sirenas y gigantes.
Jugamos una partida de cartas y el azar fue quién decidió cavar la tumba de nuestra relación, ¿Y todo para qué? ¿Para encontrarle sentido a la vida y terminar con lo que construimos cualquier día?
Mi corazón era un pedazo de cera,que se derritió abnegadamente para hacerte feliz, en cada caricia siendo tu doncella.

En este campo militar donde nos reclutamos a voluntad, ya no somos los mismos de antes,nuestros cuerpos están cansados,sobrevivimos entre escombros de relaciones que no valen ni un centavo. Lo mundano se adueña día con día de ese nudo de sentimientos, que alguna vez juntos intentamos desenredar,como en esa cita sentados frente al mar.
Y al final quedamos igual,la paz se la trago la soberbia,la indiferencia abismal...

Por las madrugadas en que despierto hambrienta de sueños,soy un animal herido que se revuelca de dolor entre la fantasía y lo vivido.
El huracán de silencios me atormenta,el eco de una sombra se ríe de mi, roba el rayo de luz que entra por mi ventana,sin esperarlo, sin contenerlo.
Simplemente porque el amor es el sombrero del mago y al caer la tarde llegan las sorpresas.

Espero que si lees mis prosas,mis versos, quemes en una gran pira de emociones todos los equívocos, esa maleta vieja llena de ofensas y destierros.
Los sentimientos que hereda la soledad y estás ansías de no vernos, son complejos.
Como un laberinto con negras puertas, donde habitan presos los grandes momentos.
Dejemos que galope el viento,que las canas del alma tiñan de plata la fachada del averno que hoy poseemos.
Mi teclado tiembla de saber que escribí esta tarde a cuenta gotas, la historia de esa guerra que tú y yo llevamos dentro...
Musa Peregrina.