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sábado, 13 de junio de 2015
SIN DESCAFEINAR
Te soy sincera
no se quién me seduce
más si el café o tú,
ambos me calientan el alma
y por las mañanas
no necesito más nada,
los saboreo a sorbos y siento
su aroma que me atrapa.
No veo gran diferencia y si
muchas similitudes,eso hace que
cada día esta adicción que siento
por ambos derroque mi voluntad
y se me olvide todo,
por ejemplo aquellas lágrimas innecesarias,
los sueños que se rompieron
ese día que decidiste endulzar
tu corazón con una mujer desconocida,
o cuando prometiste que contigo
amor no me faltaría
que yo era tu musa,
el sentimiento peregrino
que por años esperabas,
el brebaje nocturno que lograba
mantenerte alerta por amor.
Afuera está lloviendo,
si, ya sé que al igual que yo
te refugias leyendo
un libro de recuerdos
y con tus dedos dibujas mis labios
que fueron tuyos,una noche en que
ambos teníamos mucho frío
y me invitaste de tu café,
fue así como llegué
tímidamente a tu cama,
mientras el centro de mi cuerpo
absorbía por entero la espuma
de tus entrañas.
¿Lo recuerdas corazón?
Me mostraste lo maravilloso
de su cultivo y aprendí que las semillas
tostadas y molidas estimulan el alma
de quien se sumerge en tan mágica bebida.
Supe que contigo lo disfrutaría de mil formas
con licor,crema,canela y chocolate,
con leche condensada y un poco de mezcal.
Fui buena alumna y heme aquí
escribiendo esta noche
con tu recuerdo que me desnuda el alma
y me envuelve en aromático sopor.
Tengo mis dudas si el mundo
aun tendría algo mejor para ofrecerme
y supere la taza de café
que me bebo de tus ojos
hasta el amanecer,
sin escrúpulos ni indecisiones,
con la firme libertad de entregarme
y disfrutes a placer
de tu café y de tu mujer...
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Musa Peregrina
Desde el embarcadero,
disfrutando de un café...