SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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miércoles, 20 de febrero de 2013

EROTICO





(Musa Peregrina).-  En ese instante volví a ser polvo y me dejé arrastrar por el viento hasta el Edén de su sexo. Mi lengua enloquecida pedía a gritos navegar por todo su cuerpo, mientras ella temblaba de excitación y yo hipnotizado seguía lamiendo… Sus gemidos profetizaban un río de agua dulce, ansioso de inundarnos de placer a cada momento. Desquiciado por poseerla decidí profanar la ruta virgen de su cuerpo y fue mi esclava sin pudores añejos. Encadenado de pasión, me arrodillé ante la blancura de sus caderas, que danzaban a un ritmo salvaje, siendo embestidas de lujuria, gozando a rabiar mi pene insurrecto. Un tsunami de sensaciones deliciosas, arrasó con las fantasías que me perseguían por años, recostado en mi cama solitaria, observando el techo. Su mirada se nublaba de éxtasis y me ordenaba quedito, morderle los pezones, me decía… “Hazlo suave papi, despacito…”. Sintiendo la caricia anhelada desde la punta de sus cabellos, hasta traspasar el silencio que habita en el monte de Venus. Un rayo fugaz, cimbró la rosa roja que se escondía entre sus piernas, escurriendo miel bendita de su clítoris travieso. Sedienta bebía mis jugos servidos en la copa del amor,frenéticamente,después lento… Nunca imaginé en esa noche de mil estrellas, que su cuerpo caliente, mitigaría la frialdad de mi erotismo antes ciego. El infierno que nació en nuestra piel, ahuyentó las penumbras latentes en la vida diaria, que la rutina de compartir la misma cama provoca, cuando la piel agoniza de deseos. Esa noche su alma y mi alma brillaron juntas, transformándose en un lucero. Unas horas antes sólo éramos un par de desconocidos, observándose como cazador al siervo y al final del día nos convertimos en guerreros cautivos de sexo. Respirando una lucha brutal, buscando conquistar ambos la gruta exacta, donde habita el eco de un orgasmo perpetuo. El canto de los gallos nos despertó, un nuevo día llegó y nos duchamos juntos, maliciosamente sonriendo… Intercambiamos nuestros móviles y correos, dijo que la buscara en el facebook. Le dí un beso y respondí que a mí me encontraría. Hasta pronto chiquita, más tarde me conecto. Gracias por esta noche inolvidable, en que ambos fuimos animales de corral, devorando con locura tu cuerpo y mi cuerpo…