NIÑO

Dios mío ayúdame estoy cansado,muy cansado,ya no tengo fuerzas para cubrir el cadáver de mi hermanita, con ramas secas a manera de tumba. Necesito caminar hasta el cielo,para vestirme de estrella, ahí vive mamá con sus pechos secos de leche, sé que ya me espera. Descansaré bajo la sombra del árbol del tiempo quiero escapar de la sequía,del hambre que habita mis huesos, irme lejos de los hombres y sus armas que matan de miedo,del dolor y el llanto... Buscaré la luz,corretearé una nube para atraparla y me haré amigo de la luna,le daré una mordida y se alejará la hambruna. Seguramente Dios está dormido y cuando llegue a Él me dará muchos dulces,soy un niño bueno …¡En África estoy perdido! Todos somos sus hijos y tenemos el mismo color en la piel,nadie es blanco,negro o amarillo, de polvo nos formó,concebidos para ser jardineros de amor. Sembrando la rosa de la esperanza en cada corazón, desterrando la indiferencia y el olvido. ¡Hermano por favor,mitiga mi dolor…! Esta noche tengo hambre y sed,mientras tú comes ricos manjares con los tuyos,mi país agoniza. Cansado de promesas desnutridas que raramente se cumplen, a pesar de las buenas intenciones, sufrimos en silencio. A gritos clamamos piedad, en este continente tarda en llegar el alivio. Ayer, tiraste un puñado de billetes,compraste ropa y zapatos que no necesitas,un nuevo celular que se adueña de tu vida. Cigarros que matan lentamente y mutilan tu salud, tosiendo egoísmo vaga tu vida. Recuerda que existo y de soledad me visto. Soy un niño sin sueños, mis pies no conocen los zapatos, orando por una gota de compasión en un lugar lejano, cada día mi gente muere, sin nunca realmente haber vivido. Seguiré caminando,tengo frío, dormiré un rato,ya no siento mis piernas, estoy cansado,se cierran mis ojos. La muerte paciente me observa, quiere abrazarme para que terminen mis penas. Mamá llévame contigo, soy una espiga triste en la tierra... 
Musa Peregrina.