SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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viernes, 13 de julio de 2012

RAÍCES

Un vino de amor recorre mis sentidos, se adueña de mi mente y destino. Dos copas servidas con pasión, viajan por mi torrente sanguíneo que siente con fuerza y no niega quererte. Como golpe sorpresivo me llega el olvido, que proviene de seres que hoy transitan solitarios caminos. En los ríos cristalinos del alma se desprende una cascada que vaga feliz entre piedras, montes y suspiros. Sentada en lo alto de la montaña del tiempo, observo todo y siento tus latidos. Como luz de amanecer el Sol de tu piel cautiva mis abismos. El viento es testigo mudo de los que se quedan a mitad de camino, que no logran subir y sentarse aquí conmigo. Las estrellas danzan en versos, los cielos   a través  de la lluvia desprenden nostalgias y luceros. Tu mirada dice tanto, tus vidas pasadas me narran la leyenda de un guerrero en plenitud, alerta como un águila en pleno vuelvo, ese eres tú. La niebla que se esconde en la pradera  acaricia con besos, con miradas verdaderas… ¿Y mi corazón? El ya siente que hoy es parte de la tierra y en medio estamos sembrados tú y yo. Algunos miran hacia una luna que no existe, hacia un mundo lleno de fantasías, se olvidan que hay que seguir subiendo. Entre recuerdos fantasmas, anhelos, errores y aciertos, las almas caminan en grupos, en sincronía universal. Valiente respirar de aquellos que no tienen miedo de fracasar, que sonríen a pesar de que la vida les muestra el amargo de un instante que se va. Jamás se queda y  no tiene caso lamentarse mientras sigamos viviendo consientes que habrá un final. La cima sigue esperando, los vientos  me sostendrán, el suave que hay en mis pétalos sólo tú lo sentirás. Si hoy y siempre sigues leyendo amor a la poesía, a la vida porque ella no tiene punto final… Musa peregrina.