Detrás de las paredes araño silencios, dame tu mano
ayúdame a sostenerme que se me vienen encima los muros del tiempo.
Vientos del pasado arremeten mis pensamientos y enloquecen por no estar a tu
lado, dolores y anhelos cargan con peso extra mi espalda, y ni mi cama
impregnada de pecado me cobija este sufrir. Permíteme quererte, amarte sin
razón, regalarte mi zurcido corazón. Perder la cordura e ir en búsqueda de la
actitud de aquellos que aman y dejan todo por alguien y su querer. Necesito
cruzar abismos internos que me lleven a conocer nuevos destinos, mentiras
bonitas y creerlas ambiguamente sin ti. Estos días he luchado ferozmente
tratando de cerrar mi mente y golpeo sin piedad esas ideas que me cruzan como palomas
sedientas de paz, pensamientos crueles que me dejan con sed de amar… Hoy no
quiero ser guerrera, quiero ser una mariposa que se gesta en la primavera de un
presente despertar. Que difícil resulta atar el alma, cuando esta no se queda
quieta y llora pidiendo su otra mitad. Este cuaderno donde escribo mi vida, no
le queda una sola página en blanco, lo he rayado, lo arrugue con emociones
vanas, le arranque hojas con lágrimas, y fingí guardarlo en el cajón del
pasado. Quiero ser la dueña de tus besos, sin que mis labios jamás se cansen de
pronunciar gemidos de placer, como lo hice antes cuando mi silencio se ocultó
para que no te dieras cuenta que siempre he sido tu mujer. Acaricia mis manos,
respeta mi naturaleza de gitana errante que no permanece en un solo bosque, y
vá en búsqueda del crujir en las hojas que se redimen a un otoño enamorado del
invierno. Con un par de sandalias cansadas, y el cuerpo peregrino de
instintivos versos, es así como yo camino, es así como me entrego cada
madrugada, amándote en sueños… Musa peregrina.