Inicia la danza de los fantasmas,
lamentos puntuales en mi pensamiento,
son criptas abiertas,
sonrisas invisibles,
llaves maestras en
puertas temporales.
Atractivos cuerpos,
aromas inolvidables,
copas y orgasmos de mentiras.
La tierra de en medio
exige su siembra en
mi cuerpo putrefacto de ayer,
pide carne y baile,
sombreros al aire.
Cierro los ojos y corro
a lo largo de la playa,
mis manos se manchan
con mi sangre enferma
que oxida mis venas.
Saltó al vacío
abrazada a tu
piel mojada...
y muero imperfecta,
con la esperanza de renacer
siendo agua.
Musa Peregrina.