Ya te solté. Te marchas renuente, sin argumentos que logren anclar mi presencia en tu vida. El silencio y la nostalgia rondan mi teclado, saben que aun hay en mí sentimientos cautivos, desangrando ayeres que creí inolvidables. La soledad fue quién tuvo el valor de arrancar la raíz seca. Yo me prometí no sufrir más. No por cobardía, lo hago por recuperar mi sonrisa perdida y volver a sentir en mi rostro el viento de la libertad... Me torturan tus palabras, hieren, el dolor vuelve a mi. La canción cerró la puerta y con el último aliento, logré arrebatarte la única llave que guardabas en tus bolsillos, vacíos de amor encadenado a tu egoísmo y vanidad. Hoy quiero terminar,hoy quiero olvidar,hoy quiero dejar de llorar... Gracias por todo lo que nunca me pudiste dar.