Como cada noche imagino tu cabeza descansando sobre mi vientre. Mis latidos inician la marcha y se escuchan ciertos tambores de guerra a la distancia. Confirmo que el amor no tiene edad y que si esta madrugada me llamaras, yo aun dormida saldría volando a contestar. Algunas veces a escondidas me digo a mi misma todo lo que te quiero y después se me olvida, porque no quiero alimentar esperanzas que no me dejen vivir.
Hay trozos de silencio flotando en mi habitación y los observo atenta. Profundizo sin prisa en un enjambre de emociones, que arremeten mi ápice de voluntad y terminan hincando las pocas estrategias que sobreviven en mi piel. Me acerco cautelosa y encuentro un resquicio por donde se cuela tu sonrisa. Planeo parir una prosa pero antes le prohíbo a mi pluma amarte.
Escribiré de cualquier cosa, el tiempo, la vida, mi gato, la nostalgia que la madrugada entierra en mi alma como despiadado puñal que desangra mi existir. Entre líneas imagino ser agua del mismo río y quemarme a fuego lento mientras me miras. El espacio en blanco es idóneo para dar rienda suelta a la pasión, que como potro salvaje corre en busca de libertad, llevando como estandarte mis letras y tus caricias.
Sonrío como chiquilla a tu lado con tus mensajes desquiciados. Te imagino a media noche tapado de pies a cabeza, aterrado por el frío y esa es la última imagen que me llevo antes de cerrar mis ojos a tu recuerdo.
Lo que tú y yo tenemos por más que intente no sabría explicarlo. No, no es deseo, es algo que no tiene que ver con el cuerpo, es magia, es el vuelo del alma, es un sentimiento que navega mar adentro, allá... a la distancia. En el sitio innominado, perfecto, donde los espíritus y las galaxias nacen. Donde se forman las estrellas que con su brillo le dan vida a tu mirada.
Ojos de luna lunera... quiero que sueñes bonito,conmigo. Esta madrugada mis letras son para ti, solo para ti...aunque tú ya no me quieras.
Musa Peregrina.