Mis manos hoy retocan una prosa añeja. Que nació algún tiempo atrás en la pradera de la vida. Pensamientos que retroceden en el día aquel de nuestro aniversario, en que celebramos un sentimiento rebelde,noble, el que aun habita en ti, que redime latidos y avanza medrando adaptabilidad, a la lucha interna que nos tocó respirar.
El mundo espiritual donde habitan felices los días extraños,hoy ocupa limitada porción, de lo que fue extenso territorio, sobre la llanura y bosques donde nos amamos locamente,a finales de agosto del año del sol. La montaña alberga tu aullido, brotando de lo más profundo de tu condición humana. Así eres tú,lobo solitario de las letras.
En la segunda temporada te presentas con las cartas puestas sobre la mesa. Martillas mi mente con desequilibrado juego e inventas instantes. Dentro de tu locura decides entrelazar destinos,reencuentros y regresiones de un viaje por el alma misma,disparando a la velocidad de la luz nuevas caricias...
Me preguntas que es el amor para mí. Te miro fijamente y te respondo que si,efectivamente,percibo aromas y aprendizajes mágicos guardados para el camino, en jaulas selladas con una realidad,que ahora viaja secuestrada en el espacio y perdóname,pero solo gravita en tu universo...
Me conoces de mucho tiempo,no me oculto y sabes que soy un predador sorprendente,me incito a mi misma,acorralo mis infiernos sin darle oportunidad a defender lo que le pertenece. Lobas como yo extinguen ese deambular fatídico de personajes misioneros de perpetuar el amor.
Interesante aporte nos brindamos reuniéndonos lobos de misma camada,desterrando el primitivo de nuestros internos. Aun recuerdo que casi me volví loca prostituyendo mis heridas y compartiendo todo contigo. Se me perdió la latitud,la ansiedad de vibrar en sincronía con el cielo gris y al final me morí.
Ya a estas hora de la vida soy un trozo de metal crudo, flotando en el tiempo,atada a mis propios pasos por una voluntad fantasmal, observando como mi corazón cruje ante la llegada de obsesiones seniles. En las que me divido en mil partes, hasta conseguir mi satisfacción espiritual. Lo agrietado de la tierra y la inutilidad de las semilla infértil dejó huella por mis caminos,brotaron aun secas,fui mi propio germen que se defendió a si misma. No creí salir triunfante de fragmentar mi propia antiguedad, me arme de valor portando un puño de errores innecesarios... y me fuí.
Aprendí a distinguir los peligros entre un cánido y otro,a perseguir mis miedos y el desahogo de algunas jodidas fantasías que me acojonan débilmente. Los lobos ciegos persiguen la luna por años,se enamoran de ella hasta los huesos,se topan de frente con el sol cuando menos lo esperan.
Distingue el padre tiempo chacales y coyotes, de un loco que precede cautiverio ante una presa valerosa por el tabú de su fe. Eres mítico animal que perdió su caperucita roja,ante el deslumbramiento de su propia vanidad,poderosa como ella sola, temiendo de tu mismo pelaje casi gris. Hoy ya le gruño a la muerte. Este verano mi piel calienta aun sin necesidad de transmutar. Soy loba solitaria que se acompaña cada noche de sus propios sueños,no necesito luna,sol ni estrellas para dejarme enamorar por la vida,no espero la madrugada para refugiarme en tu montaña,que de hace mucho visualicé perdida...
Musa Peregrina.