TIEMPO DE AMAR

TIEMPO DE AMAR

Ya casi es madrugada amor. Sabes, después de lo que sucedió ayer, aun te recuerdo con ese brillo sensual en tus ojos, que son luceros iluminando mi incipiente noche americana. Tu mirada se tornó feroz, como la de un gato en celo. De entre los arbustos saltaron pensamientos endiablados,cruzando raudos por nuestra mente. Fue allí cuando iniciamos a besarnos entre líneas,puntos y comas. Una música de fondo sensual se escuchaba a lo lejos,luces tenues danzaban excitadas, vibrando al calor de nuestros deseos veraniegos. Y tu sonrisa que tanto amo permanecía escondida tras la cresta de una ola,allá del otro lado del mar...

Tal vez disfrutamos lo que nunca te dí y jamás pediste. El fragmento que se perdió en el gran libro del sexo, narrando la historia de dos cuerpos amándose con suavidad y furia contenida por los siglos de los siglos. Entramos de golpe por la puerta que aun nos faltaba por abrir. Nuestra ropa yacía tirada en el suelo, tus botas bajo mi cama fueron la señal mesiánica que esperaba mi piel. Saltamos al vacío sin paracaídas, con la firme idea de que al entregarnos feneceríamos sin dolor.

Fuimos dos ríos servidos en copas de cristal fino, almas sordas por primera vez disfrutando como locas del sonido. Una pareja de águilas al acecho de su presa en pleno vuelo,haciendo giros indescifrables que el destino incapaz de comprender, mantenía ocultos al instinto más añejo. Y de pronto nos miramos como dos desconocidos, llegando juntos a la estación en espera del último tren...

Recostados en el verde de los años morimos y jugamos,nacimos libres por segunda vez y yo me sentí misionera de tu piel,viajando entre tormentas de inseguridades y sutil erotismo. Hoy se que ha medida que los años se escurren a la pasión le crecen alas. Es como aquellos pájaros negros que atrapan con su pico trozos de carne y soledad, si el viento los lleva de la mano hacía un infierno conciliador, apresando cual reo sentenciado la paz de las estrellas.

Nos privamos de las letras,de las palabras y miradas, del último suspiro antes de aceptar que eras mío y yo soy tuya de aquí a la luna, y más allá,detrás del infinito y de vuelta al corazón de la montaña más alta en la tierra. Me conmueve no haber estado ahí para abrazarte después de hacer el amor y te durmieras sobre mi cabello enmarañado, acariciando
con la yema de tus dedos la ternura de mis senos.

Cuando te marchaste de mi cama, estuve mucho tiempo deambulando en un bosque de flores extrañas. Al conocer tu reino me propuse cazar el polvo de oro que dejan las mariposas jóvenes, gatear en el sendero que el arcoiris ha dibujado en el horizonte después de amarnos. Planee guardar lluvia en el frasco del mundo, para cuando ya no podamos besarnos.Te confieso que escondí secretamente en las alforjas del universo, el documento intacto, que te nombra único heredero de mi corazón.

Tengo dentro de una caja de Olinalá los besos pendientes,el pañuelo que secó tus lágrimas de felicidad la tarde en que llovía a cántaros, lentes empañados de ausencia,silencios y espíritus vírgenes de humanidad. Tengo mucho para darte y si no fuesen suficientes los días que me quedan por vivir,me inventaré una historia y la enviaré en un barco de papel, para que llegue a tu orilla, y sepas que fui la mujer que Dios formó de hojas para ti. La que nunca perdió la fe y luchó contra gigantes,la que derrumbo el muro de la distancia,naufragando entre dos aguas y en su último aquelarre logró enamorarte...

Musa Peregrina
Desde la perla del pacífico
Acapulco,México.