SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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sábado, 5 de octubre de 2013

"ACAPULCO YA PÁRATE PUE "

"ACAPULCO YA PÁRATE PUE "

La sonata de amor entre “Ingrid” y “Manuel” ha cesado, la enamorada pareja de huracanes eligió viajar rumbo a Acapulco, para disfrutar su luna de miel. Ha sido tanta la fuerza de amor con la que se amaron, que algunas partes del hermoso puerto, con sus gritos de placer han destrozado. Llegó empapado hasta los huesos por fin el silencio, después de varios días negros, Acapulco despertó y a ratos se sentía como muerto. Frente a sus ojos, una nube de polvo cubría la costera y Punta Diamante. Esa maravillosa columna vertebral que mantiene latiendo la economía del puerto. 

Los acapulqueños ya están de píe, para salir a laborar y entregar con todo el corazón el servicio a los visitantes. Los percances climáticos no destruirán la fe de los hombres para recuperar su hogar, su trabajo, esa sonrisa y gracia natural que caracteriza a los lugareños. 
Al vivir en zona costera, el riesgo existirá por siempre de enfrentar el azote de la naturaleza en su máxima expresión. La tarde de ayer 21 de septiembre de 2013, mi amiga Amalia Toscano y yo salimos en nuestro acostumbrado paseo, rumbo a la Isla como todos los sábados. Pero esta vez con temor de ver en ruinas la zona “bonita” de Acapulco. Cuál fue nuestra sorpresa que ha llegado la calma, los negocios inician a subir sus cortinas, a limpiar y tratar de olvidar lo que estos días han enfrentado, como son daños en sus locales y actos de rapiña. 

Las Unidades habitacionales que se vieron más afectadas por el fenómeno, en sus ventanas ya titilan luces de esperanza y han vuelto a ser habitadas. Lo que hoy tenemos son heridas profundas, gritos de dolor por los que perdieron la vida, sus casas y quedaron expuestos al frío de la indiferencia de los que tienen el poder y lo ejecutan a conveniencia. Esos que guardan las despensas para repartir ya que estén los acapulqueños sepultados, como nuestros hermanos de La Pintada que ni tiempo para decir adiós tuvieron. 

Poco a poco recobraremos la normalidad de los servicios del agua que tanto padecemos, las avenidas que ya preparaban sus mejores atuendos para el festejo de estrenar el Acabus, que nos hará agilizar el tráfico vial y vivir en un puerto más moderno.

A pesar de que Acapulco se recupera lentamente, volverá a ser el orgullo de México, con sus majestuosas playas. Con las noches donde la espuma y la arena bañan de inolvidables momentos, el corazón de quienes nos visitan. Que deciden viajar al puerto para disfrutar y soñar, imaginando que nada de lo demás existe, que el mundo nace y muere ahí, sentados en la orilla de la playa sintiéndose parte del universo. Vendrán mejores días en donde los acapulqueños y turistas comulguemos en alegría de un delicioso pescado a la talla, tortillas a mano, y una cerveza bien fría. 

Ya no se escuchan las voces de los viajeros varados el fin de semana, en que todos padecimos el naufragio por un momento de nuestros sueños. El éxodo de vuelos con destino a buen puerto ya ha sido, ojalá y aun de lo malo cada uno de los que vivimos esta tragedia saquemos algo bueno. Un aprendizaje interno que nos lleve a darnos cuenta que en el océano de la vida, somos una gota de agua.

Y al solidarizarnos con nuestros paisanos, sin diferencia de razas ni fronteras, logramos convertirnos en un río de altruismo y amor, que emana del alma del que ya nada tiene y ya nada espera. Ese que con sus últimas fuerzas es capaz de salvar la vida a su hermano, a su gato y su perro aunque todo lo demás lo pierda...

Oralia Lombera Reyes
“Musa Peregrina”
Desde la perla del pacifico Acapulco, México.