SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

.

lunes, 20 de mayo de 2013

LOCURA DE AMOR

LOCURA DE AMOR
Cosita mía : 
Esta noche te escribo vagando desde el techo de mi alma, con
la mirada clavada en las nubes, y acariciando una estrella, fue la mejor
idea que se me ocurrió. 
Ayer, sudorosa caminaba ciega por la arena de
la playa del recuerdo, con rabia arrastraba mis huellas reclamando a las
olas, nuevos argumentos… 
Esperando que vinieras de allá, de un mundo
raro… 
Anhelaba un cómplice, y serenidad en la aventura. 
Los siete días de la semana pensando en tì,
me obsequian
la respiración más agitada, 
que nunca antes había latido en mi interna
senilidad sin fin. 
Mi corazón esta vez ha enfermado de un amor
desequilibrado, que me da el coraje que necesitaba, para espantar esas golondrinas tristes que se niegan a
revolotear con la parvada,
y resultan ser recuerdos que me matan. Resisten alejarse del viento y las gotas de
lluvia cuando me traen muy pocas noches de calma. 
Pensamientos hechos nudo
que intentan desenredar el letargo de mi cuerpo, es la única arma que
tengo a la mano para empezar a decir lo mismo, pero hoy de una manera diferente, sin tanto ruido por dentro… 
Creer que continúo metida nuevamente en tu ser, resguardada en el hambre de tu cuerpo, 
me hace volar a esa playa sintiéndome una gaviota enamorada, como ayer en el despertar de nuestra carne, aun sin tocarnos…
Nadando en los ríos de pudor, bañándonos de fe, estrujando sexo con arte….
Así te tendría cerquita de mí para mirarte, por horas sin otro húmedo deseo 
que el de debatir conmigo misma 
si eres ò no el siguiente remedio
de mí lloroso corazón. 
Para esta vieja ansiedad de enamorarme, sin prisas sin llegar a ninguna parte … 
No importa cuántas veces concluya que es
inexistente la sensación que me provocas,
si al morderme los labios no
encuentro más que un suspiro a flor de piel, ya no tengo en mí tierra para sembrar
el amor, más que un montón de rocas, 
que se parten ante el sol
tiradas por doquier.
Te busco tantas veces en mi día, caminando a un costado de mi soledad,
te observo con melancolía 
y he comenzado a preguntarme,
si en verdad existes ò si solamente has venido de un castillo lejano de arena,
a disfrutar conmigo una temporada,
en esta primavera que arrastra las miradas
furtivas de mi sendero. 
Tengo miedo vida mía que un cruel día, 
al salirte de mi cama, regreses a tu palacio de arena, y se te olvide despedirte de mi alma. 
Me dejarás una parte de tu equipaje y valientemente te llevaras, 
sin mí consentimiento un trozo
de estas letras que ya no se
niegan a adorarte, que están vivas, con tu pasión inagotable.
Aseguraste mi alegría para que sonría al verte, eliminaste mis defensas
con una justificación tímida, loca, 
inquietante y sufrida.
Hoy al cruzar la frontera de mis ojos, se atraviesan los tuyos como un rayo,
vagabundos, errantes, y en un silbido se fusionan con el eco de los
tiempos… 
De las estaciones que habrán de llegar, 
cuando la carencia de
primavera se me note en cada marzo de mis días… 
Si no estás conmigo no
siento los aromas, ya no escucho a las personas, ya no hay vuelos de
palomas… ya no hay vida.
Con un enorme beso y la promesa tuya de aquí a muchos soles, de que me amarás… 
Ya no he necesitado más que eso para llevarte tatuado en mi corazón, junto a lo poco que quedaba de esta mujer… tu mujer. 
Me gusta tanto leerlo así, que soy tuya y que los momentos corren rabiosos. 
Transcurren lentamente por azares del destino. En cada paso que doy por
los pueblos de tantos caminos, al final de ellos se que siempre te
encontraré… 
Pensando en mí, nunca amigo del olvido. Guardaré junto a
nuestras almohadas el brillo de tantos deseos, el calor de tu cuerpo,
para sentirlo cada noche con los ojos cerrados , observando temerosa, a
tientas un techo pincelado de pecados… en lo que reste de mi existir.
Si no vivieras tendría que inventarte de nuevo, si nunca volvieras saldría a buscarte tras de los árboles para volver a mirar el mundo
verde desde tus palabras, 
distintas y tan amadas cuando vagas… 
Pero si nada de esto fuera cierto, y la idea excesiva de tu ausencia se debiera a
que el tiempo transcurre tristemente 
cuando no estás a mi lado. 
Me quedaría a esperarte cada madrugada en mi balcón acompañada de un rico café caliente endulzado con mil instantes en mi memoria.
Los suficientes en la frialdad de los años, que me queden de armonía. 
En que dormiré abrazada al anciano tiempo, arrullando mi emoción en tu regazo,
muerta en vida…
Enamorada de tì, eternamente invocando tu venida… 
Te extraño papi, cosita mía . 
Te amo…. tuya por siempre: 
Musa Peregrina.