Si un día cualquiera me buscas,
y te cuentan que me he ido,
no quiero que llores,abre el cajón del tiempo
allí yacen solitarios mis escritos.
Encontrarás ecos de un alma
que describía al mundo, desde su ventana rota,
por donde asomaban ráfagas de años,
versos muertos, puntos suspensivos.
No pronuncies una sola palabra, mi tumba es sorda
el viento será testigo, de lágrimas tardías,
que nacen de tus pupilas como dos ríos,
tu presencia para mí, es un ramo de rosas marchito.
Mis labios eternamente esclavizados al silencio,
tus besos tristes, el aire es quién los ha sentido,
viajo con la maleta llena de recuerdos,
y tú vives con te amos no dichos.
No pronuncies una sola palabra
basta con las que un día nos dijimos
recuerda como un bello sueño,
el tiempo que felices compartimos.
Por las noches la soledad será tu refugio,
tu mente agonizará en un grito.
Yo suavemente me sentaré en tu cama,
seré luz que reconfortará tu alma, seré paz,
y aun después de muerta sabrás cuanto te he querido.
Si sientes mi ausencia,regala mis libros, mi ropa
mis discos,perfumes, aretes y cosas que hoy viven contigo.
No retengas nada, allá donde existo ya nada me sirve
mi espíritu es libre, mi cuerpo cansado al fin ha dormido.
Cuando me extrañes, búscame en las olas del mar
en todos los sitios que tanto me gustaban, no llores
entierra tus manos en la arena, imagina que jugamos
que toda la playa es nuestra y el sol pinta de colores.
Escucha esa canción que nos unía, y canta mi amor
no importa que el eco te devuelva nostalgia
no importa que piensen que enloqueciste
y hoy me buscas arrepentido,
en la brisa, en el agua…
Musa Peregrina.
