SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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viernes, 19 de abril de 2013

Fantasías de la pluma


Fantasías de la pluma…
Entre puntos y comas henchidas de placer, eres tú quién redacta en mi piel una pasión exquisita, afrodisíaca hasta la locura. Como si de pronto viajáramos al mundo irreal, sentados en la montaña rusa...
A pesar de la emoción sentir la delirante letanía del ensueño, convidándome del infierno de tu cuerpo, ansioso lames, muerdes y hurgas cual fiera hambrienta entre mis rincones más secretos. Yo respiro agitada devorando tu lengua, engolosinada de pronto me desespero y quiero atraparla y tú sonríes malicioso con los labios pintados de inolvidable carmín.
La excesiva vibración que ejerces en mis caderas, logra que penetres a lo más profundo de mis deseos tantas veces fatigados, pernoctando entre recuerdos. Es en ese instante cuando mis hormonas necesitan urgente una celda que aprese los besos que hoy con singular técnica me compartes.
Así como existen poemas a la carta, deberían crearse relatos eróticos en los que todas las historias tuviesen un final glorioso y los protagonistas beban un vino sabor lujuria, para después vaciar sus copas en un festín de clímax licencioso. Jugueteando tus labios adquiero una demencial adicción al goce y palabras sucias que nacen profetizando en ellas,un tesoro que permanecerá por siempre en la gruta de mi cuerpo y mis fantasías más perversas.
Ahí donde descansas si tienes un día libre, mientras yo fumo un cigarrillo, entre orgasmo y orgasmo miro el reloj y te doy un tiempo, para luego ducharnos nuevamente en ríos dulces que corren frotando tu cuerpo con mi cuerpo. …
Sabes,admiro en ti que antes de cruzar el umbral del sexo, fuiste capaz de encontrar la veta de mi corazón, no me importó que digas ser un maldito, después de todo en este mundo nadie es quién se imagina. Un día te encontré y te probé, sólo así supe que no eras un espejismo.
Más sin embargo esta vez me rendí y fui tu esclava. Como en una descarga eléctrica sentí despertar mis instintos, hincada imploré perdón al demonio por adueñarme del fuego eterno y ensordecer con mis gritos el averno. Me encanta me desnudez con la mirada, porque sé que no mientes y vendrás por mí la otra semana, para subir nuevamente a la montaña.
Por hoy seguiré fantaseando con la pluma, porque esta noche, ¡Mmm amorcito no te tengo…!
Musa Peregrina.
Desde una cama de recuerdos...