SEÑALES DE HUMO PARA UN ESPÍRITU ALBINO

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lunes, 29 de abril de 2013

CARTA DE UN NIÑO QUE NO JUEGA

CARTA DE UN NIÑO QUE NO JUEGA
Queridos mamá y papá:

Hoy es el día del niño y estoy emocionado porque me he portado bien, a pesar de no ser el hijo que soñaban cuando decidieron formar una familia. El que esperaban con ilusión y sería el Rey de la casa, que ríe, corre y salta de cama en cama. Jamás imaginaron que mi llegada a sus vidas, fuese para traerles sobresaltos y lágrimas. Que sería un retrasado mental como todos me llaman, un inválido al que tienen que bañar, que darle de comer, y llora quedito por sentirse una carga. Nunca conoceré lo que es una escuela, ni jugaré saltando la cuerda, no seré un campeón con el balón de futbol, ni sabré pronunciar el sonido de las vocales, ni con mis dedos contar para aprender las tablas y los números decimales. Hoy quiero que sepan, que sufro un dolor profundo, si otros niños me hacen caras. Qué soy alguien que mira la vida pasar desde su ventana y no es capaz de sentarse por sí mismo, ya que me falta fuerza en la espalda. Aun no se pronunciar mi nombre, pero en el brillo de mis ojos puede leerse la palabra amor. Por cada una de mis pestañas se asoma la luz, de un alma atrapada en un cuerpo débil, que enfrenta día con día mil batallas. Que se entristece si mi hermano me pone ante el espejo para peinarme y somos tan distintos, cuando tienen que amarrarme los zapatos, pese a que no los utilizo. No tengo amigos, nadie juega conmigo, algunas veces quisiera ser un pájaro y volar muy alto, sentir el aire, morder las nubes, y conocer de cerca las estrellas, tal vez este aguardando en el cielo una como yo, silenciosa y muy pequeña… Hoy es el día del niño y deseo pedirles un regalo, quiero que en una cajita de zapatos guarden mil sonrisas dulces, para cuando todo este oscuro yo las ponga en mi carita, se acaben los sollozos y vuelvan las luces. Que metan allí muchos besos y así con ellos sienta las caricias que me hacen falta, si el mundo me rechaza con indiferencia y la discapacidad de los corazones; lograra con los años hacerme sentir miedo. Les pido que me acepten como soy, un ángel que llegó volando de muy lejos,que sólo por un tiempo la vida compartió, siendo un niño Down y otras veces un muñeco. Quisiera que para ustedes esto sea un mal sueño, que vean en mí un mensaje de Dios, que se sientan orgullosos y no se avergüencen, que al salir a la calle digan… “Este es mi hijo, el más hermoso lucero, el bebé grande que sólo en nuestros brazos se duerme y nos hace muy feliz, a nuestro lado tenerlo…”
Los ama con todo su corazón:
Su hijo el enfermo.

Musa Peregrina.