Sentada en la cúspide de los recuerdos, observo el acarreo de tus palabras vanas, que como hormigas dispuestas a ir a batalla, van mermando de lucidez mi cólera insana. Mi paz se suicida y decide redactar una nota antes de emprender el vuelo... Si, ella saltará al vacío desde la nube roja más alta, ahí donde los ángeles se lanzan en picada. Mi pluma se inspira en una misiva que taladre tu alma, intenta olvidar y ser lo más objetiva posible, un temblor la acorrala y guardo la hoja en blanco. Decido mandarte al diablo así como así, en silencio como muere el pez, dispersando los miedos por su cuerpo antes de su último bocado...
Musa Peregrina.
Musa Peregrina.