Envidio el éxtasis que la música te contagia,ese coro que se forma entre el universo,el viento y tus alas,ocultas bajo un viejo traje de superman,que usabas feliz de niño. Admiro tu nobleza y si pudiera robarte algo,sería unas monedas de chocolate y un poco de luz,si, de esa que guardas en tus bolsillos y que tímida se escapa,por los agujeros de tu pantalón. Tu narrativa deja un rastro de locura en la memoria del tiempo, y se une al humo de tu cigarro, formando pentagramas abstractos,doblegando con camisa de fuerza al silencio.
Los despertares serían monótonos sin tu locura habitual,servida en delicioso desayuno,que alimenta mi alma, siempre que aquellos días extraños me obligan a llevar una dieta sin azúcares y sonrisas calladas. Generoso me compartes de tu botín musical,arrancas un pedazo de carne de mamut y me obligas a engullirlo de golpe, lo hago gustosa porque sé,que eso te da paz...Luego te vas por ahí,entre senderos amorosos,reflejando sin pausa,sin prisa la pasión que embalsama tu león interno. Y cazas una que otra presa voluptuosa de no malos bigotes. Luego,vuelves sediento y bebes de prisa el agua de manantial,que la poética te brinda... y me salpicas instantes mágicos,me invitas de tu cerveza helada,te concentras y tiras en la mesa un par de dados,apuestas por un puñado de sueños. Mientras yo te observo y espero el momento,en que te lances del escenario para rescatarte del suelo.
Así lo haces tu conmigo,me gritas hasta quedar afónico ...¡Lázara levántate y anda...! Aquí tienes tu robot de carne y huesos.
Así lo haces tu conmigo,me gritas hasta quedar afónico ...¡Lázara levántate y anda...! Aquí tienes tu robot de carne y huesos.
Gracias,por aceptar hace algunos meses,ser mi amigo....y aun seguir aquí.