Quiero pegarme a tu cuerpo, y en tus curvas, retozar,
Con mis manos en tu vientre, te acercaré contra mí,
Lo suave de tus caderas, excitando mi sentir,
Apretaré dulcemente, tus pechos entre mis manos,
Haciendo que cobren vida, y en su turgencia, me arroben,
Tu piel blanca y asoleada, despierta en mí las pasiones,
Tu olor a aceite de coco, enloquece mis sentidos,
Y ya tengo que tomarte, me trastornan tus gemidos,
Te doy vuelta despacito, y beso tu dulce boca,
Mordiendo tus labios rojos, y tu lengua revoltosa,
Miro el fondo de tus ojos, color café sin igual,
Y me introduzco hasta tu alma, convertido en animal,
Te hago mía muy suavemente, tú me estás haciendo tuyo,
Y el estar dentro de ti, me hace sentirme absorbido,
Te adueñas de mis sentidos, mi espíritu y mi cerebro,
Yo ya sabía que al amarte, me tomarías por completo,
Así como el Yin y el Yang, dos cuerpos en uno solo,
Mi musa maravillosa, con cabellos tan sedosos,
Mirada triste y traviesa, y como amante, golosa,
Bañaremos nuestros cuerpos, con miel aromatizada,
Rasguñaras mis espaldas, mientras en tu ser me adentro,
Y apretando tus caderas, cabalgaremos ansiosos,
Como galaxia estallando, culminaremos la unión,
Y en el frenesí amoroso, colmaremos la pasión,
Frágil, pero no quebrable, en tu sinuosa armonía,
Nos convertimos en uno, y por fin te hiciste mía,
Mi gaviota peregrina, soy el albatros que te ama,
Volaremos hacía el cielo, hasta el, fin de la jornada.
