La tarde de domingo se escurre con rumbo desconocido. Tras de ella yace escondido el polvo del camino, y por un instante se detiene, analiza todo en sus cinco sentidos. Mientras el tiempo brama suspiros flacos, con voz entrecortada mi alma le sigue de cerca,al tiempo se reconoce victoriosa y anima al sentimiento a seguir amandote dulcemente.
Aunque la tarde fallezca y la distancia acojone. Te llevo en mi como clavo en madera,como pan y mantequilla. Con tus anteojos acariciando mis letras a escondidas si el mundo te evade. Empero una làgrima atraca y nadan en sal tus paranoias forjadas de humo y alegría ...
