EL RESTO DE LA HISTORIA
Yo fui la única pirata que navegó medio océano para sacarte de la profundidad de las sombras. La que escapo contigo y cruzó la frontera azul donde no hubo más barrotes,ni códigos por descifrar.
Un buen día te encontré tirado en la carretera,sin botas,con el alma
agrietada y las fuerzas mutiladas de tanto amar.
Un buen día te encontré tirado en la carretera,sin botas,con el alma
agrietada y las fuerzas mutiladas de tanto amar.
Te propuse armarnos de valor,cambiar de piel juntos,vestirnos de sueños,pintarnos el rostro con símbolos de fuego,bailar desnudos "Again" hasta muy tarde,sin que el reloj avise que te marchas a dormir para renacer.
Y así fue como recuperamos la sonrisa extraviada,que lentamente se fugaba tras el suspiro de un ayer aturdido que habita en la última primavera,en el sonido del tambor de guerra,en tus latidos rejuvenecidos.
Y así fue como recuperamos la sonrisa extraviada,que lentamente se fugaba tras el suspiro de un ayer aturdido que habita en la última primavera,en el sonido del tambor de guerra,en tus latidos rejuvenecidos.
Se que el pecho lo tienes blindando,no entra una bala más,las mariposas yacen inertes,no hay vuelos por hoy, ni jinetes en la lejana montaña. Solo existe una carrera frenética contra el tiempo, a lo largo del camino vaciamos nuestras manos y soltamos la botella,adormecemos erecciones mañaneras, guardamos el cansancio en la maleta,apagamos el cigarro y nos despedimos del humo que se tragó las ilusiones pasajeras.
Escuchamos el pitido del tren que ya viene cerca,abordamos en silencio,nos perdemos en el infinito,olvidando por un instante que somos hijos de la gran ramera,la que los adoptados llaman madre tierra.
Yo te rescaté para mi,te bauticé y decidí pulir el brillo de tu interior,
te dí mi única costilla,zurcí tu corazón,saque con amor la espinas.
Te vendé los ojos e inicié a lamer tus heridas,te di mi sangre gota a gota y corté con la destreza del más hábil cirujano,las ramas secas que en ti crecían y todo lo cubrían de muerte,quemé sin piedad a la bruja que te poseía,llegué hasta el living de tu guarida y observé entre penumbras la vida...tus risos, tu mente.
te dí mi única costilla,zurcí tu corazón,saque con amor la espinas.
Te vendé los ojos e inicié a lamer tus heridas,te di mi sangre gota a gota y corté con la destreza del más hábil cirujano,las ramas secas que en ti crecían y todo lo cubrían de muerte,quemé sin piedad a la bruja que te poseía,llegué hasta el living de tu guarida y observé entre penumbras la vida...tus risos, tu mente.
Musa Peregrina.
